jueves, 7 de noviembre de 2013

Las rutas seguirán destruyéndose

De acuerdo a los números que se están manejando respecto a la partida presupuestaria que el Gobierno bonaerense tiene planificado utilizar para Vialidad Provincia, las rutas seguirán destruyéndose. El presupuesto que ingresó por el Senado destinaría 2.275 millones de pesos para Vialidad, un 25 por ciento más que el año pasado. Esta cifra no es irrisoria por la gravedad del caso, pero lo cierto es que esa partida no alcanza ni para comenzar a solucionar los inconvenientes en materia vial de la Provincia de Buenos Aires. Es cierto que el presupuesto aún no fue aprobado, pero ¿alguien duda que los legisladores lo harán? Históricamente así ocurrió, sin importar si la mayoría fuese del oficialismo o de la oposición. Reconocido por algunos diputados, “nosotros aprobamos la partida, pero casi nunca se ejecuta”. De este comentario, tan triste como real, se desprende que ni bien llega el dinero a Vialidad en este caso, pero sucede lo mismo en el resto de los organismos estatales, primero se abonan los sueldos, luego a los proveedores, después el arreglo de las deterioradas máquinas, y por último si queda algo, se destina a las rutas (¿?). De acuerdo a la vertiginosidad en la que se desplaza el mundo, desde hace muchísimos años las rutas argentinas deberían estar unidas por autovías. Existen partidas especiales para ello, empero, ese dinero se destina a otras cosas. En la Provincia de Buenos Aires contamos con una Vialidad totalmente desguazada, cuyos funcionarios, los que tienen buena voluntad, intentan al menos señalizar algún tramo de ruta. Por eso, conocer la cifra que el gobierno bonaerense pretende destinar a Vialidad, es lisa y llanamente no tener en cuenta que de las rutas sale la producción, la transitan miles de usuarios ya sea por paseos, estudio, trabajo… La mayoría de las rutas bonaerenses fueron diseñadas por los años 30, para autos y camiones de aquella época, donde las velocidades y los pesos de las cargas eran otros. Hoy seguimos con esas rutas devenidas a caminos. Un dato ilustrativo: en el último año ingresaron al parque automotor de Argentina más de 900 mil autos, y unos 200 mil camiones. “Si colocamos los vehículos, paragolpes con paragolpes, tendríamos una fila de 3.000 kilómetros. Para ser más ilustrativo, la cola comenzaría en Jujuy y llegaría casi a Río Negro”, comentó en una reunión Ignacio Zavaleta, uno de los referentes de la Unión de Usuarios Viales. Con este panorama, tenemos tres años más de lo que queda de rutas. “Hagan lío” dijo el Papa Francisco. Tal vez vaya siendo tiempo de que los usuarios nos nucleemos cada vez más y reclamemos hasta que se den por enterados nuestros gobernantes. Leyenda de la foto: Integrantes de la UDUV con el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, Rubén D. Golia

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