domingo, 7 de septiembre de 2014

Cuando nada importa, salvo posicionarse para las elecciones

Tal vez sea el microclima que viven los funcionarios, o porque dejan de lado el objetivo para el qué fueron elegidos. Se olvidan de sus orígenes, y no dudan en mentir descaradamente a la gente pese a que en muchos casos los llevaron al lugar donde hoy están.
El mejor ejemplo lo dio hace muy pocos días el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien, sin ponerse colorado, dijo que construyó 4.000 kilómetros de rutas en la Provincia de Buenos Aires. Una gran mentira insostenible. Sólo basta recorrer un poco para darse cuenta que, en el mejor de los casos, habrá tapado 4.000 baches, con materiales de mala calidad y trabajo desastroso. “Pan para hoy, hambre para mañana”, decían nuestras abuelas.
Ahora está embarcado en su carrera hacia la presidencia de la Nación. El viernes 6 de este mes, viajó a Mar del Plata para participar del lanzamiento de “la ola naranja”. Según los medios periodísticos, llenó un salón con unos 500 simpatizantes.
Un par de horas antes, en la ciudad de Miramar, poco más de 100 personas participaron de una asamblea con la intención de frenar “la ola roja, color sangre”, por la cantidad de usuarios que se están matando a raíz de accidentes viales en la Ruta Provincial 88, que une a Necochea con Mar del Plata.
El gobernador fue invitado a esa reunión. Lo mismo que los intendentes afines de Mar del Plata, Gustavo Pulti; de Lobería, Diana Argüello; el interino de Necochea, José Luis Vidal, y los concejales que responden al denominado sciolismo. No fue nadie.
Scioli, que podría haber estado en esa convocatoria ciudadana en Miramar, prefirió presenciar solamente su “ola naranja” de 500 personas, sobre casi un millón de habitantes que tiene Mar del Plata, antes que escuchar y ver la realidad expresada por los usuarios de la Ruta 88, representantes de instituciones rurales, frutihortícolas, de turismo, de entes portuarios, remiseros, taxistas, transportistas… gente común.
Aunque sea menos constructivo, quedó en claro que para el gobernador es mucho más agradable escuchar a todos los que piensan igual, antes que la diversidad de pensamientos. En el caso puntual del reclamo de la Autovía 88 vale recordar que ya la prometió al menos en tres oportunidades… claro está, en la campaña en la que buscó su reelección o en la que apoyó a su candidato para la intendencia de Necochea, Horacio Tellechea, actualmente destituido.
En este cuadro de situación, es lamentable asumirlo, los roles están totalmente invertidos. Los ciudadanos comunes se reúnen en asambleas para reclamar a los funcionarios por lo que no están haciendo. Y éstos, ni siquiera van a escuchar los motivos de esas reuniones. No sólo las ignoran, sino que hasta dan órdenes a sus custodios para que no lleguen a ellos.
Si… los roles están invertidos… Nada parece importar, salvo posicionarse para las próximas elecciones